¡Hola, mamás y papás! Sabemos lo mucho que nos preocupa la salud de nuestros pequeños, ¿verdad? Es esa constante inquietud por asegurarnos de que crezcan fuertes y sanos, sin que se nos escape ningún detalle importante.
Por eso, hoy quiero hablarles de un tema que, a veces, puede pasar desapercibido pero que es vital para el desarrollo de nuestros hijos: los controles de salud infantil en los centros de atención primaria.
Es increíble cómo estos servicios públicos están ahí, listos para brindarnos ese apoyo y tranquilidad que tanto necesitamos. He visto de primera mano cómo una detección temprana puede marcar una diferencia enorme en la vida de un niño, y es que garantizar un seguimiento adecuado desde el nacimiento es una prioridad en nuestra sanidad.
Es un pilar fundamental para su bienestar futuro, y lo mejor de todo, ¡está a nuestro alcance! A continuación, vamos a descubrirlo todo con detalle.
Un Viaje Inolvidable: Los Primeros Pasos Hacia la Salud de Nuestros Pequeños

El papel crucial del control del bebé sano
¡Hola, familias! Si hay algo que nos une a todos los padres y madres es esa preocupación constante por el bienestar de nuestros hijos. Recuerdo perfectamente esos primeros días, semanas y meses con mi primer hijo; cada pequeña cosa, cada tos, cada estornudo, se convertía en un mundo de dudas.
Es en esos momentos cuando el centro de atención primaria se convierte en nuestro faro, ¿verdad? No se trata solo de ir a una cita; es el inicio de un camino, un acompañamiento fundamental que nos garantiza que nuestros pequeños están creciendo como deben.
Desde el primer momento en que llegan al mundo, esos controles periódicos son un escudo invisible, una red de seguridad que nos permite detectar cualquier cosita a tiempo.
He hablado con muchas mamás que, como yo, han encontrado una tranquilidad inmensa al saber que hay profesionales velando por la salud de sus bebés, guiándonos en cada etapa y dándonos esa confianza que tanto necesitamos para disfrutar plenamente de la maternidad y paternidad.
Es una experiencia de vida en la que cada consulta suma, cada consejo se valora, y cada pequeño logro de nuestros hijos se celebra junto a los expertos.
¿Por qué no podemos saltarnos estas citas?
Sé que a veces la vida de un padre es un torbellino. Entre pañales, tomas, trabajo y mil cosas más, puede ser tentador pensar que “un control más no hará la diferencia” si el niño parece estar bien.
¡Pero, ojo! Esa es una trampa en la que muchas veces caemos. La verdad es que cada visita al pediatra o a la enfermera pediátrica tiene un propósito específico y vital.
No solo se trata de medir y pesar, que también es importante, sino de evaluar su desarrollo neurológico, motor, su audición, su vista, y un sinfín de aspectos que solo un ojo experto puede identificar.
Piensen que es como el mantenimiento de un coche: aunque parezca que todo va perfecto, hay revisiones periódicas que son indispensables para prevenir problemas mayores.
En mi caso, gracias a un control de rutina, la enfermera detectó un pequeño soplo en el corazón de mi sobrina que, si no se hubiera atendido a tiempo, podría haber sido mucho más complicado.
¡Es que su experiencia es un tesoro! Estos profesionales tienen la capacidad de ver más allá de lo evidente, de darnos esa tranquilidad y de intervenir precozmente si algo no marcha del todo bien.
Por eso, mi consejo más sincero es: ¡nunca subestimen el poder de una revisión a tiempo!
Despejando Dudas: ¿Qué Revisamos en Cada Etapa de Crecimiento?
Los primeros meses: Una etapa de seguimiento intensivo
Los primeros meses de vida de un bebé son una auténtica montaña rusa de cambios y crecimiento, ¿a que sí? Es impresionante ver cómo evolucionan día a día.
Durante este periodo, los controles en el centro de salud son más frecuentes, y con mucha razón. En estas citas iniciales, el personal sanitario se centra en asegurar que el recién nacido se adapta bien al mundo exterior.
Se comprueba que su peso aumenta adecuadamente, que mama o toma el biberón sin problemas, y que sus reflejos primitivos están presentes. Recuerdo con cariño cómo la enfermera de mi centro, con una paciencia infinita, me enseñó las técnicas correctas para amamantar y me dio consejos súper prácticos para manejar los cólicos.
Además, se evalúa la coloración de la piel, la fontanela, y se realiza una exploración física exhaustiva para descartar cualquier anomalía congénita. Es el momento de la primera dosis de vacunas, algo que, aunque a veces nos duela verles llorar, sabemos que les está protegiendo de enfermedades graves.
Sentir esa guía en un momento tan vulnerable es un verdadero alivio.
Del año a la etapa preescolar: Afianzando el desarrollo
Una vez superada la etapa de bebé, nuestros pequeños empiezan a dar sus primeros pasos, a decir sus primeras palabras y a explorar el mundo con una curiosidad insaciable.
Las revisiones no cesan, pero cambian su enfoque. Ahora, además de seguir vigilando el crecimiento físico (peso, talla, perímetro cefálico), se pone un énfasis especial en el desarrollo psicomotor, el lenguaje y la socialización.
Los pediatras y enfermeros nos preguntan sobre los hitos que nuestros hijos van alcanzando: ¿ya gatea? ¿intenta caminar? ¿señala lo que quiere?
¿balbucea o dice palabras? Me parece fascinante cómo usan pequeñas pruebas de juego para evaluar su coordinación y comprensión. Además, se revisan aspectos clave como la salud dental, la vista y el oído, y se sigue con el calendario de vacunación.
Es también el momento de hablar sobre la introducción de alimentos sólidos, los hábitos de sueño y, poco a poco, la preparación para el ingreso en la guardería o el colegio.
Es un seguimiento súper completo que nos ayuda a entender mejor a nuestros hijos y a acompañarlos en cada nueva aventura.
Un Enfoque Integral: Más Allá de los Datos en la Báscula
El desarrollo neurológico y psicomotor: Claves invisibles
Cuando pensamos en el control del niño sano, la imagen que nos viene a la mente es, casi de inmediato, la báscula y el metro, ¿verdad? Pero la verdad es que nuestros profesionales de la salud van mucho más allá de esos números.
El desarrollo neurológico y psicomotor es, para mí, uno de los aspectos más fascinantes y cruciales que se evalúan. No se trata solo de si el bebé sostiene la cabeza o si ya camina, sino de la calidad de esos movimientos, de la coordinación, de cómo interactúa con el entorno.
Recuerdo cómo la pediatra de mi hija, con un simple juego de aplaudir o mostrarle un juguete, podía evaluar su capacidad de atención, su respuesta a estímulos y su coordinación óculo-manual.
Es un arte observar esos detalles que, a simple vista, podrían pasarnos desapercibidos. Estas evaluaciones son vitales porque nos permiten detectar a tiempo cualquier indicio de retraso o de necesidad especial, lo que abre la puerta a intervenciones tempranas que pueden marcar una diferencia abismal en el futuro de nuestros hijos.
Es la magia de ver más allá y de darles las herramientas que necesitan para florecer.
La salud emocional y social: Creando niños felices
Si hay algo que he aprendido en mi propia experiencia como madre, y que los controles en el centro de salud han reforzado, es que la salud de un niño no es solo física.
¡Para nada! La salud emocional y social son pilares igual de importantes, aunque a veces menos tangibles. En las consultas, no solo me preguntaban si mi hijo comía bien, sino también si dormía tranquilo, cómo reaccionaba ante otros niños, si tenía rabietas muy intensas o cómo manejábamos la introducción de límites.
Se crea un espacio seguro para hablar de nuestras propias preocupaciones como padres, del estrés, de la adaptación a los cambios. A menudo, la enfermera o el pediatra me daban consejos súper útiles sobre cómo fomentar la autonomía, la empatía o cómo gestionar los berrinches de una manera positiva.
Siento que no solo cuidan el cuerpo de nuestros hijos, sino también su corazoncito y su capacidad para relacionarse con el mundo. Es un acompañamiento que nos ayuda a criar niños no solo sanos, sino también emocionalmente equilibrados y felices, algo que para mí no tiene precio.
El Escudo Más Fuerte: Entendiendo y Abrazando las Vacunas
¿Por qué son las vacunas tan esenciales para nuestros hijos?
Sé que el tema de las vacunas puede generar muchas preguntas y, a veces, un poco de ansiedad, ¡es normal! Pero, si hay algo en lo que los profesionales de la salud son enfáticos, es en la vital importancia de cada pinchazo.
Piénsenlo así: las vacunas no son solo una protección individual para nuestros hijos; son una armadura que construimos juntos para toda la comunidad. Cuando vacunas a tu hijo, no solo lo estás protegiendo a él de enfermedades potencialmente devastadoras, sino que también estás contribuyendo a crear una “inmunidad de rebaño”.
Esto significa que protegemos a aquellos bebés que son demasiado pequeños para ser vacunados o a niños con sistemas inmunes comprometidos que no pueden recibir ciertas vacunas.
He visto de primera mano cómo enfermedades que antes eran comunes y mortales, como la polio o el sarampión, ahora son una rareza gracias a los programas de vacunación.
Es un acto de responsabilidad colectiva que demuestra cuánto nos preocupamos unos por otros.
Mitos y realidades sobre la vacunación infantil
Con tanta información dando vueltas por internet, es fácil caer en la desinformación sobre las vacunas. Recuerdo que al principio, con mi primer hijo, me llegaron a la cabeza un montón de dudas por cosas que había leído en foros.
Por suerte, en el centro de salud, los pediatras y las enfermeras se tomaron el tiempo de sentarse conmigo y desmentir cada mito con información clara y basada en la evidencia científica.
Me explicaron que las vacunas son sometidas a pruebas rigurosísimas antes de ser aprobadas y que los posibles efectos secundarios suelen ser leves y temporales, como fiebre o dolor en el lugar de la inyección.
Comparado con las graves consecuencias de las enfermedades que previenen, el riesgo es mínimo. Me ayudaron a entender que no “sobrecargan” el sistema inmune de los bebés y que su composición es segura.
Esa conversación me dio una tranquilidad inmensa y me reafirmó en la decisión de seguir el calendario de vacunación al pie de la letra. Confiar en la ciencia y en los expertos es clave cuando se trata de la salud de nuestros tesoros.
Señales de Alerta y Cómo Reaccionar: Nuestro Instinto de Madres y Padres

Identificando lo que no es habitual: Cuando consultar
Como padres, desarrollamos un sexto sentido para nuestros hijos, ¿verdad? Sabemos cuándo algo no está del todo bien, incluso antes de que ellos puedan decirlo.
Pero, ¿cuándo esa intuición debe llevarnos al centro de salud? Es una pregunta que me hice muchas veces. En general, cualquier cambio significativo y persistente en el comportamiento de tu hijo debería ser motivo de consulta.
Esto incluye fiebre alta que no cede, dificultad para respirar, cambios drásticos en el apetito o en el patrón de sueño, una erupción cutánea inexplicable, letargo inusual o, por el contrario, irritabilidad extrema.
También es importante estar atentos a cualquier regresión en el desarrollo, como si un niño que ya caminaba, de repente, deja de hacerlo, o si pierde habilidades de lenguaje que ya había adquirido.
No se trata de alarmarse por cada estornudo, pero sí de ser observadores y, ante la duda, ¡siempre consultar! Prefiero pecar de precavida que lamentar no haber ido a tiempo.
Preparados para la urgencia: Qué hacer en cada momento
Aunque nadie quiere pensar en ello, es fundamental saber cómo actuar en caso de una urgencia real con nuestros hijos. No hablo solo de ir al centro de salud, sino de situaciones que requieren atención inmediata.
Por ejemplo, si tu hijo sufre una caída y se golpea la cabeza con pérdida de conocimiento, si presenta dificultad severa para respirar, si tiene una convulsión por fiebre, o si ingiere algo tóxico.
En esos momentos, lo más importante es mantener la calma, algo que es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé. Pero es crucial para poder actuar de manera efectiva.
Saber dónde está el teléfono de urgencias (en España, el 112), o el de nuestro centro de salud, tener a mano el historial médico del niño y ser capaz de describir la situación de forma clara y concisa al profesional que nos atienda.
En mi casa, tenemos un pequeño botiquín de primeros auxilios y una lista con los teléfonos importantes visible. ¡Más vale prevenir que curar!
Nutrición y Desarrollo: Sembrando las Bases para un Futuro Sano
La importancia de una alimentación equilibrada desde el inicio
¡Ay, la comida! Es un tema que nos trae de cabeza a muchos padres, ¿verdad? Desde la lactancia materna exclusiva (o la fórmula, según el caso) hasta la introducción de sólidos, cada etapa de la alimentación es crucial para el desarrollo de nuestros hijos.
Recuerdo la cantidad de dudas que tuve con la introducción de los purés, con los alérgenos, con el famoso “BLW” (Baby-Led Weaning)… ¡era un lío! Pero gracias a los consejos de la enfermera de pediatría, que es una auténtica experta en nutrición infantil, entendí que una alimentación equilibrada desde el inicio no solo es vital para su crecimiento físico, sino también para el desarrollo de su cerebro y su sistema inmune.
No se trata solo de “darles de comer”, sino de enseñarles hábitos saludables, de ofrecerles variedad, de respetar sus señales de hambre y saciedad. Es la base de todo, como construir una casa sobre unos cimientos sólidos.
Fomentando hábitos saludables: Más allá del plato
Pero la nutrición no termina en el plato, ¿verdad? Es un estilo de vida. Los controles de salud también son el espacio perfecto para hablar sobre la actividad física, la importancia de jugar al aire libre, de limitar el tiempo de pantalla y de establecer rutinas de sueño adecuadas.
Son aspectos que, en mi experiencia, influyen muchísimo en el bienestar general de mis hijos. Por ejemplo, he notado que cuando mis hijos pasan más tiempo jugando en el parque y menos con la tablet, duermen mucho mejor y están de mejor humor.
El pediatra me ha dado ideas fantásticas para incorporar el ejercicio de forma divertida en el día a día, y consejos para crear un ambiente que propicie un sueño reparador.
Es un enfoque holístico, donde se entiende que cada pequeña acción suma para crear un niño sano y feliz. Es una guía para la vida.
| Edad del Bebé | Controles Típicos en Atención Primaria | Aspectos Clave a Evaluar |
|---|---|---|
| Primeros 15 días | Primera visita tras el alta hospitalaria | Peso, ictericia, alimentación, eliminación, fontanelas. |
| 1 mes | Visita con pediatra y/o enfermera | Crecimiento (peso, talla, PC), alimentación, reflejos, desarrollo sensorial. |
| 2 meses | Visita con pediatra y/o enfermera, vacunas | Crecimiento, desarrollo psicomotor (sostén cefálico), socialización, inicio calendario vacunal. |
| 4 meses | Visita con pediatra y/o enfermera, vacunas | Crecimiento, desarrollo motor (giros), interacciones, seguimiento vacunal. |
| 6 meses | Visita con pediatra y/o enfermera, vacunas | Crecimiento, desarrollo motor (sedestación), introducción alimentación complementaria. |
| 9 meses | Visita con pediatra y/o enfermera | Crecimiento, desarrollo motor (gateo, bipedestación), lenguaje (balbuceos), audición, visión. |
| 12 meses (1 año) | Visita con pediatra y/o enfermera, vacunas | Crecimiento, desarrollo motor (primeros pasos), lenguaje (primeras palabras), socialización. |
| 18 meses (1 año y medio) | Visita con pediatra y/o enfermera | Crecimiento, desarrollo motor y lenguaje, hábitos de sueño y alimentación, autonomía. |
| 24 meses (2 años) | Visita con pediatra y/o enfermera, vacunas | Crecimiento, desarrollo psicomotor (correr, saltar), lenguaje (frases), control de esfínteres. |
| 3-4 años | Visita con pediatra y/o enfermera | Crecimiento, desarrollo social y emocional, preparación escolar, visión, audición. |
Construyendo Lazos de Confianza: Nuestro Pediatra como Guía
El pediatra: Un miembro más de nuestra familia
Siempre digo que el pediatra de mis hijos es casi como un miembro más de la familia, ¿no les pasa? Es esa persona a la que acudimos con las dudas más grandes y las preocupaciones más pequeñas.
Desde el primer día, es fundamental establecer una relación de confianza mutua. Recuerdo cómo, al principio, me daba un poco de vergüenza preguntar ciertas cosas, pero con el tiempo, y al ver la empatía y profesionalidad de nuestro pediatra, ese muro se fue cayendo.
Él no solo examina a los niños, sino que también nos escucha, nos orienta y nos da esa seguridad que tanto necesitamos como padres. Es importante sentirse cómodo para preguntar cualquier cosa, por tonta que parezca, porque muchas veces son esas “pequeñas dudas” las que nos quitan el sueño.
Un buen pediatra no solo cura enfermedades, sino que previene, educa y acompaña.
Aprovechando al máximo cada consulta: Preguntas inteligentes
Para sacarle el máximo partido a cada visita al pediatra o a la enfermera, he aprendido a ir preparada. Antes de cada consulta, me hago una pequeña lista mental (o incluso la escribo en el móvil) con todas las preguntas que me han surgido desde la última vez.
¿Mi hijo duerme lo suficiente? ¿Es normal que siga con el chupete? ¿Cómo manejo las rabietas?
¿Deberíamos empezar a quitarle el pañal? Tener esas preguntas organizadas me ayuda a no olvidarme de nada importante una vez que estamos allí, con el ruido de los niños y el estrés de la consulta.
Además, me gusta anotar las respuestas o los consejos clave que me dan, para recordarlos y aplicarlos en casa. ¡Es como tener un cuaderno de bitácora de la salud de mis hijos!
Esa preparación me ha permitido sentir que cada visita es realmente útil y que estoy aprovechando al máximo la valiosa experiencia de los profesionales que cuidan a mis pequeños.
글을 마치며
Queridas familias, al llegar al final de este recorrido tan personal e informativo sobre la salud de nuestros pequeños, me siento profundamente conmovida al recordar cada etapa, cada duda y cada alegría compartida.
Los controles del niño sano no son meras citas en el calendario, sino pilares fundamentales en la construcción de su bienestar y nuestro constante aprendizaje como padres.
Es un camino de confianza con nuestros profesionales de la salud, que nos guían y nos dan la tranquilidad de saber que estamos haciendo lo mejor por quienes más amamos.
Sigamos abrazando esta aventura con información, amor y el apoyo incondicional de quienes nos cuidan.
알아두면 쓸모 있는 정보
1. Prepárate para la consulta: Antes de ir al centro de salud, anota todas tus dudas y observaciones sobre el comportamiento o la salud de tu hijo. Así te aseguras de no olvidar nada importante y aprovechas al máximo el tiempo con el pediatra o la enfermera.
2. Confía en tu instinto: Como padres, somos los que mejor conocemos a nuestros hijos. Si sientes que algo no anda bien, no dudes en consultar, incluso si parece una preocupación menor. Tu intuición es valiosa y, a menudo, la primera señal de que algo requiere atención.
3. Mantén el calendario de vacunación al día: Las vacunas son uno de los regalos más grandes que podemos dar a nuestros hijos para protegerlos de enfermedades graves y, al mismo tiempo, contribuir a la salud colectiva. Asegúrate de seguir las indicaciones de los profesionales de la salud y no dejes pasar ninguna dosis.
4. Fomenta la comunicación abierta: Habla abiertamente con tu pediatra o enfermera sobre cualquier preocupación, ya sea física, emocional o de desarrollo. Ellos están ahí para apoyarte, resolver tus dudas y darte las mejores herramientas para cada etapa de la crianza. Recuerda que no hay preguntas tontas cuando se trata de la salud de nuestros hijos.
5. Crea hábitos saludables desde temprano: La alimentación equilibrada, el juego activo al aire libre y un buen descanso son fundamentales para el crecimiento y desarrollo integral de los niños. Involucra a tus hijos en estas rutinas de forma divertida para que crezcan amando cuidarse y adopten un estilo de vida que les beneficie a largo plazo.
Importancia de Priorizar los Chequeos Pediátricos en España
En España, el sistema de atención primaria juega un papel insustituible en el seguimiento y promoción de la salud infantil. Es vital comprender que cada control del niño sano en nuestro centro de salud no es una formalidad, sino una oportunidad crucial para evaluar el desarrollo físico, neurológico y emocional de nuestros hijos. Además, es el escenario ideal para mantener al día el calendario de vacunación, un escudo protector frente a enfermedades que, gracias a la ciencia, hoy podemos prevenir. La relación de confianza que construyamos con nuestro pediatra y el equipo de enfermería es nuestro mayor activo, pues nos brindan la tranquilidad de estar acompañados por expertos en cada etapa. Es nuestra responsabilidad como padres comprometernos con estas citas, despejar todas nuestras dudas y ser proactivos en la búsqueda de información fiable, para así garantizar que nuestros pequeños crezcan sanos, felices y con todas las herramientas para florecer.
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: or eso, hoy quiero hablarles de un tema que, a veces, puede pasar desapercibido pero que es vital para el desarrollo de nuestros hijos: los controles de salud infantil en los centros de atención primaria. Es increíble cómo estos servicios públicos están ahí, listos para brindarnos ese apoyo y tranquilidad que tanto necesitamos. He visto de primera mano cómo una detección temprana puede marcar una diferencia enorme en la vida de un niño, y es que garantizar un seguimiento adecuado desde el nacimiento es una prioridad en nuestra sanidad. Es un pilar fundamental para su bienestar futuro, y lo mejor de todo, ¡está a nuestro alcance! A continuación, vamos a descubrirlo todo con detalle.Q1: ¿Por qué son tan importantes estas revisiones de salud infantil en atención primaria?
A1: Ay, madres y padres, ¡qué pregunta tan buena y tan crucial! Si os soy sincera, al principio yo misma me preguntaba si era tan necesario ir al centro de salud tan a menudo, sobre todo cuando veía a mi peque tan espabilado y aparentemente sano. Pero, mirad, mi experiencia me ha enseñado que estas revisiones son, sencillamente, oro. Son la base para que nuestros hijos crezcan fuertes y sin sobresaltos. Pensad que, en los primeros años, el desarrollo de un niño es rapidísimo, casi a la velocidad de la luz, ¿verdad? Y en esos controles, el equipo de pediatría no solo vigila que el peso y la talla vayan bien, que ya es un alivio, sino que se fijan en mil detalles más. Buscan esas pequeñas señales que a nosotros, en el día a día y con el cansancio que llevamos, se nos pueden escapar. Hablamos de detectar a tiempo posibles problemas de desarrollo motor, de lenguaje o incluso visuales y auditivos. A mí me dio una paz tremenda saber que había unos ojos expertos cuidando de mi hijo, anticipándose a cualquier cosita. Además, son el pilar fundamental de la prevención. Aquí es donde se nos explica todo sobre la alimentación adecuada, los hábitos de sueño, la higiene, y sobre todo, se administran las vacunas, que son un escudo protector increíble contra enfermedades graves. Es un acompañamiento que dura años y que, os lo aseguro, marca una diferencia brutal en la salud futura de nuestros hijos. ¡Es una inversión de tiempo que merece la pena al cien por cien!Q2: ¿Qué se hace exactamente durante estas visitas al pediatra o enfermera en el centro de salud?
A2: ¡Otra pregunta excelente! Entiendo perfectamente la curiosidad, porque una siempre quiere saber qué le espera, ¿a que sí? Cuando llevamos a nuestros peques al centro de salud para su revisión de “Niño Sano”, no solo es un simple chequeo. Es un momento de conexión con profesionales que conocen muy bien todas las etapas del crecimiento infantil. Lo primero que hacen siempre es un examen físico completo: miden el peso, la talla y el perímetro craneal, y lo registran todo en esa gráfica que tanto nos tranquiliza (o nos preocupa, dependiendo del día, ¡ja, ja!). Pero la cosa no queda ahí. También evalúan el desarrollo psicomotor, es decir, cómo va progresando nuestro hijo en sus habilidades: si ya agarra objetos, si se sienta, si balbucea, si sonríe o si responde a los estímulos. Te preguntan sobre sus rutinas, cómo duerme, cómo come… y, por supuesto, repasan el calendario de vacunación para asegurarse de que tiene todas sus dosis al día. Lo que más me gusta es que es un espacio abierto para que nosotras, las mamás y los papás, expongamos todas nuestras dudas, desde por qué no quiere comer hasta si es normal que se despierte tanto por la noche.
R: ecuerdo una vez que estaba súper preocupada por el habla de mi niña y la pediatra me dedicó un buen rato a explicarme los hitos esperados y a darme ejercicios para estimularla.
¡Salí como nueva! Así que, en resumen, es una revisión integral donde se cuida el cuerpo, la mente y hasta las pequeñas preocupaciones de las familias.
Q3: ¿Cada cuánto tengo que llevar a mi pequeño al centro de salud y cómo consigo una cita? A3: Esta es una de las preguntas del millón, ¡lo sé por experiencia!
La verdad es que la frecuencia de las visitas va cambiando según la edad de nuestro hijo, es un seguimiento adaptado a cada etapa de su vida. Al principio, cuando son recién nacidos, ¡parece que estamos en el centro de salud casi cada dos por tres!
Esto es porque necesitan un seguimiento más estrecho. Por ejemplo, en el primer mes pueden ser cada quince días, y de ahí hasta los seis meses, suele ser una vez al mes.
Luego, la periodicidad se espacia un poquito, siendo bimensual hasta el año y, a partir de los dos años, lo más habitual es que sean revisiones anuales hasta bien entrada la adolescencia, más o menos hasta los 11 o 12 años.
Pero no os agobiéis, el propio equipo de pediatría os irá indicando en cada visita cuándo es la siguiente. Y sobre cómo pedir cita, ¡es más fácil de lo que parece!
En España, con nuestra sanidad pública, tenemos varias opciones. La más tradicional es llamar por teléfono a tu centro de salud o ir directamente para pedirla en el mostrador.
Pero, para haceros la vida más cómoda (¡que ya tenemos bastante con la crianza!), la mayoría de las comunidades autónomas tienen sistemas online o aplicaciones móviles.
Yo, personalmente, uso mucho la app de mi comunidad, porque puedo pedir cita para el pediatra, la enfermera o las vacunas en cualquier momento, ¡incluso a las tres de la mañana si no me puedo dormir de tanto pensar!
Solo necesitas tu tarjeta sanitaria y, en el caso de los menores, su número de identificación también. ¡Es una maravilla lo rápido que se gestiona todo hoy en día!
Así que, ya sabéis, ¡aprovechad estas herramientas que nos facilitan tanto la vida!





